SAN FRANCISCO DE ASÍS DURANTE LA EDAD MEDIA
Nació San Francisco de Asís el
día 26 de septiembre de 1182. Fueron sus padres el rico y ostentoso comerciante
en telas Pedro Bernardone, apegado con exceso a la riqueza, y la virtuosa
Picca.
El nuevo niño recibió en la pila
bautismal el nombre de Giovanni (Juan) estando ausente su padre, pero cuando
volvió, le dio el sobrenombre de "el Francés", en italiano Francesco,
y Francisco en español, nombre que desde entonces conservó.
Pasó Francisco sus primeros años
al lado de Picca quien lo educó con toda la piadosa solicitud de una madre
cristiana que prepara un alma para el cielo. Ya mayorcito, confiaron sus padres
su educación a los piadosos sacerdotes que dirigían la escuela de San Jorge.
Pero apenas llegado a los quince
años, su padre lo asoció a sus negocios. Rodeado de riquezas, Francisco vestía
suntuosamente, tenía dinero para derrochar y nunca faltaba a las ruidosas
fiestas y opíparos banquetes que solían organizar los hijos de los comerciantes
y hacendados de Asís.
Francisco ha quedado como aquél
que, en su espíritu de pobreza y desprendimiento, probablemente más se pareció
a Jesús en la historia de la cristiandad. El «Pobre de Asís» sigue conmoviendo
por su capacidad infinita de reconciliación con todo y con todos, respetado no
sólo por creyentes de todas las religiones, sino también por no creyentes. Es,
quizás, el santo más ecuménico, razón por la cual se realizaron encuentros
interreligiosos mundiales en Asís, la «ciudad de Francisco».
Por su devoción a los animales
como criaturas de Dios, ha sido abrazado por la cultura del escultismo
particularmente por la relación hacia los lobos. Es el patrono de los
veterinarios y de los forestales (Ingenieros de Montes, Ingenieros Técnicos
Forestales, Agentes y Guardas Forestales, y otros cuerpos similares) y, por
extensión, de los movimientos ecologistas que empeñan sus esfuerzos en el
cuidado de la naturaleza y del ambiente.
El mundo cristiano está lleno de
iglesias y de altares dedicados a él y por él su nombre, antes bastante raro,
se hizo habitual en toda Europa. Pío XII lo proclamó, con Catalina de Siena,
patrono de Italia el 18 de junio de 1939.78 Tiene numerosos epónimos de
ciudades o localidades (la capital de la República del Ecuador, formalmente
llamada San Francisco de Quito o la ciudad de San Francisco en los Estados
Unidos, por ejemplo).
Aunque algunos sostienen que la
creación del pesebre es anterior a Francisco, fue sin dudas él quien popularizó
el Nacimiento o escena del nacimiento de Jesús. Al entrar a rezar en la ermita
de Greccio en la Navidad de 1223, Francisco sintió el deseo de representar en
vivo el nacimiento del Niño Jesús, y ese hecho fue decisivo en la
universalización de esa tradición. En 1986, a petición de las asociaciones
belenistas de todo el mundo, el Papa Juan Pablo II proclamó patrono universal
del "Belenismo" a San Francisco de Asís.
Francisco no fue el creador de la
llamada Oración de la paz de san Francisco («Señor, hazme un instrumento de tu
paz...»), poema francés publicado en 1912 y atribuido al fraile italiano desde
1916 hasta fines del siglo XX. Sin embargo, se la considera una síntesis hasta
el presente anónima del ideario vivido por el «santo de Asís».79
En virtud de la devota
peregrinación de San Francisco a Oriente, y de su voluntad de reconciliar a
todos los hombres, los franciscanos son custodios de los Santos Lugares. La
presencia franciscana en Tierra Santa, que con diversas vicisitudes se ha
mantenido siempre, adquirió estabilidad y carácter oficial de parte de la
Iglesia en 1342, año en que el papa Clemente VI promulgó dos Bulas: la «Gratias
agimus» y la «Nuper carissimae», en las que encomendó a la Orden Franciscana la
"custodia de los Santos Lugares". Cuando, en 1992, se cumplieron los
650 años de tales Bulas, Juan Pablo II envió al Ministro General de la Orden un
mensaje de felicitación a la vez que de exhortación a perseverar en el encargo
recibido de la Iglesia.
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